Una de las celebraciones más importantes del calendario festivo antabambino es el Yaku Raymi o “Fiesta del agua”. Esta festividad agradece a la divinidad del agua su generosidad para garantizar una buena temporada de lluvias y la fertilidad agrícola.
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El Yaku Raymi, que se desarrolla el 15 de agosto, reúne a toda la comunidad, que se concentra en Huanso Ccoha, Hombres y mujeres de todas las edades acuden a los campos de cultivo para realizar una jornada de limpieza, antes de la temporada de lluvias. Ello garantiza la buena provisión de agua para la irrigación y el consumo de la población. Luego se realiza la Asamblea Comunal, respecto de las responsabilidades del nuevo juez de aguas (Unu Juez) y que tendra que responder por los alcances del agua y toda la ritualidad correspondientes del próximo año.
En el lugar denominado Huanso Ccocha , ubicado entre Palqa y Waytanqa, en la comunidad de Antabamba, es una represa grande de agua para riego, con la finalidad de cultivar cereales como maíz, trigo, cebada y también habas y arbejas, entre otros sustento fundamental para la alimentación del antabambino, pues el agua de Huanso Ccocha abastece el riego de todo los parajes de cultivo denominados: Maras, Hamara, Aqreanta, Akullía, Waychu, Waytanqa, Antawayo, Qoya, Wanka y todo el paraje de Antabamba: Aqoycho, San Sebastian, Qaqapata, Qalapauro, Qompiña, Urpipukyo, Hukuña, Chaqerpata, Kuchiqocha, Chakillchaka, Chiwakuri, Lloqesaywa, Waqllía, Chuspi, Retamani, Qaqamarka, Patero, Pampapampa, Tomarenqa, etc., sin el agua de Wanso Qocha, no sería factible la actividad agrícola antabambina, de allí que el trabajo en la represa de Huanso Ccocha, fuente inagotable de irrigación, ha sido y es un gran acontecimiento y fiesta tradicional, de júbilo y algarabía popular, es así que cada 15 de agosto de todo los años, el trabajo de limpieza del estanque y los canales de irrigaciòn se realiza la Ccocha Faena y Yarqa Faena.
El Juez de Aguas tiene la delicada e importante labor de distribuir el agua, para que el riego se haga en forma equitativa y sin desperdicio de agua, cada paraje tiene un Juez, Wanka y Antabamba, estos funcionarios desde el momento de su nominación tienen una ardua labor, cumplen con todo los ritos tradicionales, en su domicilio preparan un ambiente adecuado para que el Cura (sabio conocedor de los ritos tradicionales y los cambios atmosféricos) haga su Altar adornado con flores naturales traídas especialmente de las alturas donde se encuentran las fuentes de agua, los jueces y su séquito trabajan todo el año, durante el mes de agosto la actividad se hace más intensa, las visitas y recorridos por los canales de irrigación y al reservorio son permanentes. Faltando tres días para el día central los jueces de agua se dirigen a la toma recorriendo en lo posible por el “camino del agua” (los canales), el reservorio, la toma y las fuentes de agua, hay lugares adecuados donde los jueces y sus numerosos acompañantes hacen un alto para cumplir con los ritos.
En el lugar denominado Huanso Ccocha , ubicado entre Palqa y Waytanqa, en la comunidad de Antabamba, es una represa grande de agua para riego, con la finalidad de cultivar cereales como maíz, trigo, cebada y también habas y arbejas, entre otros sustento fundamental para la alimentación del antabambino, pues el agua de Huanso Ccocha abastece el riego de todo los parajes de cultivo denominados: Maras, Hamara, Aqreanta, Akullía, Waychu, Waytanqa, Antawayo, Qoya, Wanka y todo el paraje de Antabamba: Aqoycho, San Sebastian, Qaqapata, Qalapauro, Qompiña, Urpipukyo, Hukuña, Chaqerpata, Kuchiqocha, Chakillchaka, Chiwakuri, Lloqesaywa, Waqllía, Chuspi, Retamani, Qaqamarka, Patero, Pampapampa, Tomarenqa, etc., sin el agua de Wanso Qocha, no sería factible la actividad agrícola antabambina, de allí que el trabajo en la represa de Huanso Ccocha, fuente inagotable de irrigación, ha sido y es un gran acontecimiento y fiesta tradicional, de júbilo y algarabía popular, es así que cada 15 de agosto de todo los años, el trabajo de limpieza del estanque y los canales de irrigaciòn se realiza la Ccocha Faena y Yarqa Faena.
El Juez de Aguas tiene la delicada e importante labor de distribuir el agua, para que el riego se haga en forma equitativa y sin desperdicio de agua, cada paraje tiene un Juez, Wanka y Antabamba, estos funcionarios desde el momento de su nominación tienen una ardua labor, cumplen con todo los ritos tradicionales, en su domicilio preparan un ambiente adecuado para que el Cura (sabio conocedor de los ritos tradicionales y los cambios atmosféricos) haga su Altar adornado con flores naturales traídas especialmente de las alturas donde se encuentran las fuentes de agua, los jueces y su séquito trabajan todo el año, durante el mes de agosto la actividad se hace más intensa, las visitas y recorridos por los canales de irrigación y al reservorio son permanentes. Faltando tres días para el día central los jueces de agua se dirigen a la toma recorriendo en lo posible por el “camino del agua” (los canales), el reservorio, la toma y las fuentes de agua, hay lugares adecuados donde los jueces y sus numerosos acompañantes hacen un alto para cumplir con los ritos.
Al poblador sin sombrero los encargados del ritual le colocan un sombrero de bosta para que de esta manera pueda realizar su ofrenda
Los protagonistas principales son los jueces y los curas, todo está acompañado por sendos vasos de chicha y copas de licor, las esposas de los jueces y acompañantes sirven exquisitas viandas, después de una lenta caminata amenizada por canciones que son himnos al agua pasan por el reservorio, luego Palqa, Chapicirka, Molloqo, Inkachuma, La Toma, Wamanripa, donde se establecen en lugares que, para los participantes y el pueblo son verdaderos templos, donde con mucha fe pronunciando oraciones y canciones todas con un contenido de vida y esperanza para que el agua no falte e irrigue los parajes que dan el sustento al poblador antabambino, el día central de La Ccocha Faena, las caravanas de ambos jueces vistiendo su mejores galas típicas, ponchos de alpaca, sombreros de paño de oveja adornados con flores de las alturas, luciendo sus chalinas y chuspas multicolores con hermosos pallaes, las mujeres igualmente con llikllas, rebosas, blusas de seda, faldas de maranganí multicolores, retornan por el camino del agua con dirección al reservorio, juntamente con el agua siempre cumpliendo con todo los ritos, la caravana llegará una vez que la represa esté debidamente limpia. Mientras esto ocurre, toda la población se moviliza desde la madrugada, la mayoría con lampas al hombro para el champeo, unos a pie otros a caballo, las mujeres con llikllas para cargar las champas, también toda la gente de las parcialidades, caseríos, cabañas de las más altas latitudes de los cuatro puntos cardinales, se congrega en el perímetro de la represa y en las explanadas aledañas, la labor se inicia aproximadamente a las nueve de la mañana ,previamente las palabras del Presidente de la Junta de Regantes y de alguna autoridad, los Jefes de Cuadrillas hacen el control de los asistentes, igualmente al final de la jornada, el trabajo que es intenso y arduo, concluye a las tres de la tarde, todos se sirven sus viandas y bebidas, luego la multitud se pone inquieta y alegre por que los jueces de agua juntamente que el líquido vital hacen su ingreso al reservorio que al son de canciones.
El agua fluye lleno de flores arrastrando en su caudal un atado de alimentos envueltos en una lliklla llena de colores, acto que se ensalza con la tinka con chicha, aguardiente y coca. El programa continua con la corrida de toros amenizada con banda de guerra y eventuales capeadores.
El Juez de aguas durante toda la ceremonia solamente silva y las mujeres entonan las canciones el Juez y sus acompañantes varones después de cada canción repiten Wahu, chihu, wahu.
Los jueces de agua retornan a sus domicilios acompañados por sus familiares y amistades por el borde de la acequia y el cauce bullanguero del agua que acompaña las dulces melodías que entonan las cantarinas, los silbidos varoniles y los ¡Wahu, chihu, wahu!.
Y así concluye una de las más altas expresiones de trabajo del pueblo antabambino, que como siempre lo hace el campesino, con desbordante alegría.
Fuente: antabambatierradetradiciones
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