Poblador de Apurímac estudió carrera técnica a los 60 años.
24 Dic 2019 | 18:45 h
Guillermo Rojas es un ejemplo para demostrar que la educación no tiene límites de edad. El terrorismo le quitó a cuatro de sus cinco hijos y decidió luchar. Él es uno de los beneficiados con el programa Pronabec impulsado por el Ministerio de Educación.
Un camino duro y sacrificado le tocó vivir a Guillermo Rojas Enríquez, poblador del distrito de Mara de la provincia de Cotabambas en Apurímac. Sin embargo, su lucha dio varios frutos, uno de esos fue finalizar su carrera técnica de soldadura. Esto tras acceder al Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación. “Siempre anhelé tener una ocupación”, señala
Guillermo cuenta que cuando terminó la secundaria estudió cursos de Contabilidad y regresó a su lugar natal, Mara, para encargarse de la seguridad del colegio donde estudió. Sin embargo, llegaron los 90 y la zona sufrió el impacto del terrorismo.
“Fueron años sumamente duros. Para entonces, tenía solo al primero de mis cuatro hijos, así que dejamos de lamentarnos y decidimos reconstruir nuestras vidas”, cuenta
Fue así que junto a su esposa y otros vecinos conformaron un grupo con la intención de negarse a abandonar el pueblo. Los años pasaron y una oportunidad llegó a su vida: estudiar una carrera técnica.
Don Guillermo se convirtió en el único residente de Mara que ganó la Beca Técnico Productiva Repared impulsado por Pronabec. Fue así como estudió la carrera de auxiliar de soldador de estructuras en el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (SENATI) con sede en Abancay. Finalmente se graduó y fue el encargado de decir palabras de agradecimiento ante el auditorio representando a su promoción.
“La beca me ha dado conocimientos que me acompañarán toda la vida. Siempre me consideré una persona de bien, útil para mi gente, pero con la educación siento que también soy un ejemplo de que nada es imposible”, manifiesta.
Fuente: La República
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